Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
“La realidad es aquí y ahora. Jamás es el pasado y jamás es el futuro, siempre es el presente. El ahora es el único momento. El ahora es el único tiempo. Nunca pasa. El ahora es eterno. Siempre aquí. Por lo tanto, ser un buscador espiritual significa estar aquí. Puede llamarse meditación, puede llamarse yoga, puede llamarse oración. Sea cual sea el nombre que se le dé, no tiene importancia, la mente no debe de ser. Y la mente sólo existe cuando hay pasado y futuro. De lo contrario, no hay mente”.
OSHO
A partir de preguntas que aparentan ser lugares comunes y de las cuales uno esperaría una respuesta simple y ortodoxa, una respuesta común y por lo tanto vacía de sentido, Osho trastoca creencias, ideas fijaciones que han permanecido sobre el ser humano y que no lo dejan ver sino sólo una senda. Osho demuestra con cada palabra revelada en este libro, que hay tantos caminos como seres humanos en esta vida.