Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Este libro presenta el primer tratado sobre el gesto cotidiano de apoyar la cabeza, esa semántica del cuerpo que han practicado, a veces con desenfado otras con petulancia, filósofos, escritores, ajedrecistas y pintores de todos los tiempos. Proust, Nietzsche, Benjamin, Kasparov, Cocteau, Paz, Picasso, Capote, Frida Kahlo, muestran a legos y eruditos las posturas pensativas o ausentes con que fueron captados para la posteridad... "¡Un auténtico Kamasutra de la melancolía!".Además del breve, pero revolucionario tratado, en el que Lichtenberg describe las sesenta y dos maneras básicas de sostener la cabeza, se incluyen los comentarios y aportaciones de Andrés Virreinas, estudioso de la etología humana --de forma particular-- del lenguaje del rostro.