Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Y es que Sócrates concibió y practicó la filosofía no como una actividad académica, sino humana. Trataba de hombres y mujeres reales que se enfrentaban a genuinas elecciones éticas entre lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo.