Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Te enseñaré cosas sencillas que tardarás años en comprender. Yo te miraré con tus ojos, y tú me mirarás con los míos. Deja de comer mierda. Aprende a vivir, enano. Así me hablaba el doctor Portuondo, un cubano exiliado en Barcelona que bebía whisky Johnnie Walker, juraba en nombre de Freud y me echaba de la consulta cada dos por tres. A veces se tumbaba en el diván porque consideraba que sus conflictos eran mucho más interesantes que los míos. Fue mi psicoanalista durante cinco años. La persona más fascinante que he conocido en mi vida. Yo necesitaba terapia. Él también.