El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Jesús anuncia la inminente llegada del Reino de Dios, pero no se trata de una invención suya. Conoce raíces históricas remotísimas. Elaborado hacia el 1250 a. de C. en el desierto del Sinaí por el grupo que con Moisés pudo escapar de Egipto, conoce su primera realización alrededor del 1200 en la sierra de Canaán como confederación de tribus que reconoce como único rey a Yavé. Se continúa luego con variadas realizaciones, contradicciones e interpretaciones en la época de la monarquía, el exilio y el posexilio.
El proyecto del Reino de Dios es el de una sociedad antimonárquica, antijerárquica, igualitaria, comunitaria, un proyecto verdaderamente revolucionario, Una sociedad comunista que no debe confundirse con el comunismo primitivo de Marx, por cuanto no se trata de una evolución natural de un determinado grupo sino de un proyecto expreso contra los Estados monárquicos de los siglos XII-XI a. de C.
El proyecto del Reino de Dios implica el rechazo de toda economía de acumulación individual. Los bienes deben ser compartidos.
Las dos multiplicaciones de los panes narradas por el evangelio de Marcos significan que compartiendo el pan éste lcanza para todos, que pueden comer hasta saciarse y aun sobra.
Por otra parte, el proyecto del Reino implica un cambio profundo en la concepción y en la práctica del poder político. De poder de dominación y opresión debe transformarse en poder de servicio. Las verdaderas tentaciones de Jesús fueron las tentaciones del poder de dominación que él tuvo que vencer.