Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Hasta hace unos años se consideraba al automóvil como un bien que garantizaba confort, rapidez y seguridad para transportarte. Hoy, sin embargo, en la grandes ciudades, es creciente la conciencia de los usuarios respecto a los efectos negativos de cada modalidad de transporte y sus desventajas ante las condiciones del entorno. El hacinamiento, la lentitud en la movilidad, la saturación de espacios, la contaminación la infraestructura vial deficiente, el tráfico y las diversas incomodidades son situaciones que los usuarios padecen, aunque ahora también tienen diversas son situaciones que los usuarios padecen, aunque ahora también tienen diversas y novedades opciones de transportación, ya no se necesita un vehículo propio para garantizar un viaje confortable, rápido y seguro.
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