¿Existen teorías capaces de interpretar la violencia? O acaso es al revés, ¿es ella la que nos interpreta como un indicador de los impasses sociales? Sus efectos contagiosos, entramados con el poder, la condición vulnerable de su objeto, los cuerpos en las fronteras, los intereses de mercado, la opaca misoginia, el culto a las jerarquías y la sexualidad falocéntrica, son algunos de los desbordamientos que nos convocan a pensar juntos.