El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
La obra de Max Weber (1864-1920) se proyecta hasta nuestros días como una ráfaga de inquietante lucidez. Con mayor certeza que otros pensadores prestigiados por su radicalidad política, el sociólogo alemán supo señalar derroteros que hoy son incuestionables, como la creciente burocratización del mundo, la violencia como argumento legítimo de todo estado y la naturaleza demoniaca que adquiriría la política.