Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En este libro, Alejandro Portes lleva a cabo una aplicación a la esfera económica de su forma de entender la sociología. Para ello, parte de una reflexión rigurosa sobre los conceptos clásicos de esta disciplina que se puede aplicar a la economía; de ahí su crítica a la utilización del concepto de capital social de forma generalista, la vaga interpretación que se hace de la noción de institución y el olvido de otros términos esenciales como la clase social.
A partir de una reflexión rigurosa sobre estos fundamentos, Portes propone la utilización de tipos ideales de forma aplicada, es decir, más allá de la excesiva abstracción clásica y del excesivo particularismo de muchos estudios económicos. Recomienda buscar mecanismos que permitan explicar el funcionamiento de la realidad socioeconómica para que de esta manera se puedan predecir cambios. La fórmula propuesta es clara, aplicar estos conceptos teóricos a la realidad social, contrastarlos y buscar nuevas teorías.
La presente obra, que reúne algunas de las aportaciones más importantes que ha desarrollado Portes durante su vida académica, consigue, de esta forma, contribuir a la institucionalización de la sociología económica y a consolidar su giro hacia nuevos planteamientos que posibiliten un avance real de la disciplina.