Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Las redes sociales modificaron las reglas del juego electoral. La veracidad del periodista convencional cada vez más-ha sido superada por la del reportero ciudadano, compartir un meme o dar un like en Facebook se ha vuelto una actividad imperiosa, en términos de convivencia, pero también para transformar a los gobiernos y su relación con la sociedad. Los ejemplos más recientes de esta nueva dinámica están contenidos en Crisis Viral, escrito por Marcelo García Almaguer, un experto en branding que, rechazando las teorías de publicistas de vieja escuela y consultores digitales recién egresados, propone una metodología desarrollada durante una década de trabajo, denominada Radar Digital y con ella, estudia una docena de casos que involucran a personas públicas, ocurridos en Twitter, Facebook, YouTube y repasa sobre Periscope, Instagram y Snapchat, donde la clase política apenas está incursionando. ¿Ser o no ser viral ?Esa es la pregunta.