Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Qué tienen en común la música de Bach, las fuerzas básicas de la naturaleza, el cubo de Rubik y la elección de pareja Todos están gobernados por las leyes de la simetría, que conectan la ciencia y el arte, entre el mundo de la física teórica y el mundo cotidiano en el que vivimos. Y, sin embargo, el lenguaje de la simetría surgió de la fuente más impensable: una ecuación irresoluble.
A lo largo de la historia, los matemáticos fueron resolviendo progresivamente ecuaciones algebraicas cada vez más complejas, hasta que se toparon con la ecuación de quinto grado.
Durante varios siglos se resistió a ser resuelta, hasta que dos prodigios matemáticos, el noruego Henrik Abel y el francés Évariste Galois, que vivieron en pleno romanticismo y murieron jóvenes y en circunstancias trágicas, descubrieron que no podía solucionarse con los métodos al uso y debía ser afrontada con nuevos ojos. Este libro es la apasionante narración de cómo dos matemáticos se enfrentaron a una ecuación que se resistía a ser resuelta, cómo su gesta abrió nuevas perspectivas en las matemáticas y ayudó a entender las leyes de la simetría, cuya aplicación desborda el mundo de las matemáticas y la física
y llega a la naturaleza y el arte.
Las nuevas perspectivas en las matemáticas.