El ornamento, que en muchas antiguas civilizaciones milenarias cumplía una función sagrada, tristemente ha desaparecido de nuestra cultura agnóstica, inmoral y pragmática. El minimalismo, o sea el nihilismo, es considerado un estilo. Yo, eternamente enamorado del arabesco y el ornamento egipcio, gótico, barroco, victoriano y aún precortesiano, he tratado de restablecer este amor por el adorno, y muchos de mis cuadros semejan un compendio de ornatos, llegando al punto [exagerado] de manía obsesiva, de too much is not enough.
DE VACACIONES POR LA VIDA. MEMORIAS NO AUTORIZADAS DEL PINTOR PEDRO FRIEDEBERG.
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