Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Artemio Rodríguez se especializa en realizar grabados a la manera tradicional: desde sus comienzos como aprendiz del impresor Juan Pascoe, ha desarrollado una sensibilidad y un estilo particular marcados por su estado natal, Michoacán, y por su estancia en Los Ángeles. Uno de los artistas más interesantes en la actualidad, vive de hacer arte, especialmente grabados e ilustraciones para libros; en este sentido, Los dibujos de Artemio Rodríguez difunde la vida y obra de un grabador que conserva las técnicas tradicionales de ese arte, ahora casi perdido ante el surgimiento de nuevas ideas artísticas que consideran este trabajo como algo artesanal.