Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
No es cosa fácil presentar y adscribir a una escena artística al escultor Mateo Hernández. Es el caso de un inicial cantero de Béjar (Salamanca), casi autodidacta, que se instaló en el ambiente vanguardista del París de la primera mitad del siglo XX, llevando como principal bagaje un aspecto tan importante del artesanado español como era la talla directa sobre los más duros materiales; una técnica difícil, sin intermediarios, que no admitía correcciones y que presentaba una gran pureza de concepción y ejecución, devolviendo al oficio la integridad de los antiguos escultores de las viejas civilizaciones y la Edad Media, por lo cual fue acogida con efusión entre las propuestas de renovación de la manida escultura de aquel inquieto ambiente artístico.