Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Los personajes de esta tetralogía son enteros e inolvidables. Cada obra tiene los suyos propios, de acuerdo con la peripecia, aunque algunos saltan de una a otra narrativa como denominador común de un lugar que apenas se mueve en el tiempo
