Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Joan Stanley (Judi Dench) es una señora de la tercera edad que vive cómodamente en los suburbios de la ciudad, disfrutando de su retiro. Su tranquila vida se ve interrumpida el día que la MI5 se presenta en su hogar para arrestarla, acusándola de tráfico de información a los Comunistas Rusos durante la Segunda Guerra Mundial. Durante sus días como estudiante de Física en Cambridge en 1938, Joan se enamora de Leo Galich (Tom Hughes), quien la hace ver el mundo de una forma diferente. Mientras tanto, Joan empieza a trabajar en una agencia secreta de investigación y desarrollo nuclear, donde se da cuenta de que el mundo se encuentra en el borde de una destrucción asegurada. Es entonces cuando Joan empieza a cuestionarse, si deberá traicionar a su patria y sus seres amados o salvarlos qué precio pagarías por aquello que amas.