Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Las imágenes tomadas por McCartney recogen numerosos momentos íntimos de los integrantes de la banda, y ofrecen una mirada única sobre el ambiente, la personalidad y la forma en cómo los músicos percibían el fenómeno que iba creciendo a su alrededor. Incluyen retratos íntimos de sus compañeros John Lennon, George Harrison, Ringo Starr y su manager Brian Epstein en medio de momentos de concentración, de relajación y, también, de alegría. El propio ex beatle, que recuperó en 2020 los negativos de su archivo personal, la inmensa mayoría inéditos y nunca pasados a papel, se ha encargado de la selección definitiva. Además, la acompaña de sus reflexiones, que suponen también un viaje personal hacia aquel joven que empezaba a entender cómo estaban revolucionando no solo la música, sino también, en cierta forma, el mundo. Una introducción de la historiadora estadounidense Jill Lapore completa la reconstrucción de un auténtico fenómeno.