El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Si, en efecto, no hay fotografía inocente, como afirma Eugenia Meyer, el uso de las imágenes reconocen actores y autores diversos, así como intenciones y destinatarios múltiples.