El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
CrÃtica en forma de crónica, al estilo de BenÃtez, cuya objetividad en estas cuestiones no se ve exenta de juicios sobre la desolación que impera en muchas de las localidades aledañas al Distrito Federal y en la ciudad misma.