La obra de Inger Edelfeldt, heredera de la tradición literaria de August Strindberg y Hjalmar Bergman, transita por los atajos que enlazan lo rural y lo urbano, los valores clásicos y los preceptos individuales y hedonistas del neoliberalismo, en los que se debate la sociedad sueca de hoy. Sus cuentos para jóvenes, inspirados en los problemas actuales que enfrentan los adolescentes, pero también profundamente inbuidos de la antigua mitología nórdica, retratan el alma juvenil que oscila entre la alegría y la angustia de abandonar el mundo de la fantasía. La interioridad es el principal campo de acción de estos relatos, en los que se contempla una serie de estados psíquicos que cobran cuerpo en un lenguaje poético, donde las palabras se tornan detonadoras de una energía mágica.En Rito María Elena Guzmán reúne y traduce diez historias cuyos personajes, en su mayoría femeninos, habitan en tenue límite que separa la fantasía de la realidad, el ser del querer ser, y la imposibilidad de alcanzar lo anhelado. Misticismo y magia, opuestos a la ineludible presencia de los acontecimientos a los que cada uno de estos personajes se enfrenta, son componentes importantes de la obra de Inger Edelfeldt que, al adentrarse en la complejidad de la naturaleza humana, se inserta en el realismo psicológico característico de la literatura escandinava contemporánea.