Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La admiración del virreinato de la Nueva España generó un rico acervo de materias relativas a los conflictos con las comunidades naturales. Estos documentos atesoran una valiosa información sobre los numerosos y retardados enfrentamientos sangrientos en distintos territorios y momentos. Pero además de su información, por lo general de primera mano, los documentos consignan los diversos registros narrativos de que se valieron soldados y sacerdotes y gente de letras para darles sentido a los hechos mismos.Este libro ofrece una mínima muestra de esa diversidad, dígase expositiva o narrativa, expresada aquí en las cartas de padres Nicolás de Zepeda a su superior sobre el levantamiento de los tobosos, cabezas y conchos entre 1644 y 1645; la declaración que rindiera fray Miguel de Molina tras el ataque apache a la misión de San Sabá a principios de 1758, en el reino de los Texas, seguida de una singular acta poética del mismo acontecimiento que ensayó el fray Manuel Arroyo; y por último la recreación dialogada entre un indio y un español en quienes Joseph Joaquin Grandos y Gálvez depositó la prédica de su obra Tardes americanas, relativa a la alteración y pacificación de algunos pueblos de la sierra de Michoacán en 1766. Léase entonces esta miscelánea menos por su valor informativo que por las maneras de decir lo grave que en ella se cuenta.