Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
La estación violenta es un título esencial en la obra poética de Octavio Paz (1914-1948), el primero de nuestros autores en obtener el Premio Nobel de la Literatura. Trabajo de gran madurez, en sus páginas quedaron algunos de sus tantos poemas en tono mayor, como "Piedra de sol", "El cántaro roto", "Mutra"Breve libro eje, por momentos casi una pieza solitaria, equidistante sin duda de los títulos memorables -como la primera "Libertad bajo palabra" y "El arco y la lira", "¿Águila o sol?" y "El laberinto de la soledad"-, obra simétrica y grave. La estación violenta es sobrecogedor prodigio de técnica y de sensibilidad, geografía íntima por lo que la imaginación del poeta avanza procedida por la chispa, el grito y la palabra de la historia. Libros como este confirman que la voz más intensa del hombre sólo existe en la poesía.