La cuidad, esta ciudad, se nos escapa diariamente en todas direcciones sin que nada la contenga: nada tampoco la defiende de la piqueta o de los pasos apresurados e indiferentes sobre sus camellones o jardines vueltos terrenales que, como desquite, vuelcan su polvo y basura sobre los mismos transeúntes.Mercedes Aguilar Montes de Oca se propuso en este libro reunir escenas con movimiento, color y sonido, con sombras reales o sentimentales: preservar la ciudad para algunos que como ella o en el mismo tiempo la vivieron, para quienes la descubren ahora: para que todos ellos, en estos paisajes aquí esbozados, puedan insertar sus propias vivencias y recuerdos.Ante la costumbre que desvanece los lugares y los días que la metrópoli ofrece generosa, la autora descubre una orla festiva de anécdotas y percepciones personales que evita compartir.