El fin del mundo es inminente,
tiene un sentido de inminencia, se trate de San Pablo o de Moctezuma, cada cual
en su ambiente y época, se trate de Michael Stifel (conocido como Estifelio),
el matemático y predicador alemán,, amigo de Lutero, que se atrevió a predecir,
usando su ciencia, el día y hora del fin del mundo. Pero predijo el día final con tan mala suerte
que éste no se produjo cuando el matemático había calculado. Quizá sus feligreses perdieron un poco de su
fe al ver a este profeta chasqueado.
Chesterton, el gran escritor inglés, creía que había un juego, de cuyo
secreto era partícipe la mayor parte de la humanidad, juego que consistía en
chasquear a los profetas. A Estifelio le
quedó, sin embargo, fama de hombre de números.
Y José Pascual Almazán (el mismo autor de “Un hereje y un musulmán”,
donde ya había mostrado su interés por los problemas de la religión) se lanza
en esta novela-poema a ilustrar los excesos de la fe a través de los ojos de un
liberar mexicano del siglo XIX.CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y
LAS ARTES
LIBROS DEL UMBRAL