Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Durante los ?ltimos veinticinco a?os un buen n?mero de poetas, narradores, dramaturgos y ensayistas han enriquecido y transformado nuestra tradici?n literaria. Se trata de escritores originales y activos, cuyas obras -parte fundamental del panorama de las letras mexicanas- merecen ser mucho mejor le?das y conocidas. La colecci?n La Centena, en sus vertientes de narrativa, poes?a, teatro y ensayo est? dedicada a recuperar esas obras significativas y a valorar a sus autores.Acad?mico, investigador, ant?logo, cuentista y ensayista, H?ctor Perea se caracteriza por ser un autor que rompe los esquemas, pero desde una escritura cl?sica, sin ingenuidades vanguardistas, aunque s? llena de coqueteos ir?nicos con ella. Entre sus libros destacan Sellos de agua -Ediciones Sin Nombre, 1998- y Espa?a en la obra de Alfonso Reyes. Ha realizado diversas antolog?as de autores mexicanos y han rescatado autores injustamente olvidados. Algunos de sus mejores ensayos los consigue cuando mira hacia disciplinas creativas afines a la literaria, como la pintura. Un claro ejemplo es el libro que el lector tiene en sus manos: Los sonidos de la luz.