Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
La nación es un término ambiguo. Congrega, a un mismo tiempo, evocaciones morales y sentimentales, políticas y sociales, históricas y actuales. Los ensayos que reúne este volumen se ocupan de una operación que hoy resulta imprescindible: deconstruir su concepto ahí donde apenas puede ser nombrado. No tratan de las ideas convencionales sobre el tema sino del subsuelo sobre el que se erigen: la nación entendida no como una apelación política o formal, sino como una experiencia. El problema que los liga es antiguo y actual: la imposibilidad de la identidad, la posibilidad del encuentro. La indagación de esta posibilidad apenas está por hacerse. Su trama empieza con un reconocimiento: si se le concibe como una herramienta crítica, la escritura de la historia sólo puede ser una pregunta por el significado. Es una pregunta que aquí se plantea de cara a la diversidad de percepciones que han desdibujado "y siguen desdibujando" ese laberinto llamado nación.