Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Autobiográfico, pero de temple intelectual porque expresa sentimientos a partir del desarrollo de distintos conceptos, Traducción a lengua extraña se construye a la par de personajes y escenarios en los que la muerte tiene lugar y es presencia para los seres humanos como condición transitoria; objetos que son signos y actos que se convierten en símbolos: corbata a rayas azules y negras, difuntos, y una momia llevada de Egipto a Río de Janeiro como elementos irónicos. Compuesto de una confluencia de sensibilidades distantes en las que el plagio funciona como homenaje y la apropiación de la obra del otro es una manifestación de su influencia, visitando a Charles Wright, H. P. Lovecraft y John Ashbery, Traducción a lengua extraña va generando al pie de página las imágenes que contienen los asuntos de la vida, las ocupaciones y preocupaciones de este mundo. Traducción a lengua extraña de Luis Jorge Boone mereció el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino 2007.