Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Durante muchos años se pensó que las culturas precolombinas sólo se habían desarrollado en el centro y el sur de México; sin embargo, mucho más allá, en el norte del país, habitaron comunidades distintas y distantes de los habitantes de Mesoamérica. A estos territorios llegaron algunos sacerdotes que creyeron que su misión era llevar la nueva religión a la "gente más bárbara del orbe". El jesuita Ignaz Pfefferkorn fue uno de ellos.Pfefferkorn era misionero en Sonora cuando los jesuitas fueron expulsados po rla Corona. Ya en el exilio escribió esta extraordinaria obra que muestra a los indígenas que habitaban el norte lejano, al tiempo que ofrece un espléndido retrato de cómo algunos sacerdotes comprendieron a los naturales del México septentrional.