Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
El acercamiento a la obra de Gutiérrez Tibón, a través de sus escritos, diálogos y declaraciones, es condición indispensable para comprender múltiples aspectos históricos y ligústicos de México. "Tibón conceptualizó, en su vida y en su obra --dice Miguel Ángel Muñoz--, lo esencial de México antiguo y su conocimiento. A casi diez años de su muerte, la temática principal de su trabajo literario sigue vigente".En este libro Muñoz presenta una selección de textos de Gutierre Tibón que corresponden a diversos momentos de su vida, y ofrecen un amplio abanico de temas de cómo viajes, filología, lingüística, historia, además de una entrevista que Muñoz sostuvo a lo largo de dos años con Tibón, y que es testimonio de la evolución y la visión acerca de nuestro país, por parte de uno de sus mejores e incansables estudiosos.