Ensayos de homenaje en el primer centenario del nacimiento del filósofo español, que abordan diversos aspectos de la obra de Ortega. Los cuatro trabajos dibujan con rigor algunos de los horizontes centrales del quehacer filosófico hispánico en el mundo actual.
Alma Reed conoció por primera vez a Carrillo Puerto en una recepción oficial brindada a los científicos y exploradores estadounidenses, o los "yucatólogos" (como los llamaron en el medio local), que integraban la expedición arqueológica cubierta por ella como reportera. Luego de ser presentada con el gobernador Carrillo Puerto, la periodista se acercó al general brigadier William Barclay Parsons, miembro de la junta directiva del Instituto Carnegie y el integrante de mayor jerarquía en el grupo, para comentarle la impresión que le había provocado el gobernador. Parsons, un ingeniero de vías férreas, creador del sistema del tren subterráneo de Nueva York, supo expresar la reacción de asombro que era evidente en todos sus compañeros expedicionarios al murmurar al oído de Reed: "Éste es el dragón rojo más atractivo que yo haya visto en cualquiera de mis safaris". ¿Qué le parece a usted, jovencita?? Con total convicción y sin dudarlo, ella respondió: "Él es mi idea de un dios griego". Por su parte, el amor que su "niña periodista" despertó en Carrillo Puerto lo condujo a traducir el nombre y el apellido de Alma al maya yucateco: Pixan (Alma) Halal (Reed, caña en español).