Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
¿Quién no ha oído acerca de la polémica e intensa relación que José Vasconcelos sostuvo con quien lo inspirara para dar vida a Adriana en Ulises Criollo y La tormenta Elena Arizmendi defiende su perspectiva de la relación extramatrimonial en este escrito a manera de novela corta, con el que reivindica su nombre y el de todas las mujeres que fueron juzgadas en su tiempo por motivos similares.
Esta autobiografía ficticia "impregnada de feminismo e hispanoamericanismo" logra alejar a la autora del estereotipo de mujer fatal y brinda una visión integral sobre esta apasionante relación que forma parte de un episodio emblemático en las letras mexicanas. Así, deja atrás al personaje literario y da sentido a la protagonista de trascendencia histórica que durante un tiempo sintió tener una vida incompleta.