Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Limo y luz es fruto de cuatro años de vida en la Ciudad de México, la ciudad de las ciudades, la ciudad-demostración empírica de la teoría del caos, la ciudad de los múltiples pasados, que rebate los presentes y anuncia los futuros. Es, también, una afirmación excesiva como excesiva es la propia ciudad, una celebración por el descubrimiento de una cultura exuberante, de gigantes de las letras, de la música, de la pintura, del cine. Agrupados en cinco secciones, los capítulos de este libro se leen como una guía culta de una ciudad por descubrir, sorprendentemente cercana, sorprendentemente abierta a las influencias extranjeras, en la que Luis María Marina, diplomático, poeta y ensayista español, reconstruye la memoria de una vida, de muchas vidas transcurridas en esta ciudad y, ¿por qué no?, hace una reflexión acerca de la condición del viajero, del extranjero, del que ha hecho de vivir con los otros su modo de vida.