En 1797 aaprecio en Holanda La nueva Justine o las desgracias de la virtud, seguida de la historia de Juliette, su hermana, Escrita por Donatien Alphonse Frocoise de Sade, esta monumental obra horrorizo al mundo como ninguna otra historia de la literatrura.
En Una vida, Álvarez regresa una y otra vez a un planteamiento que permanece, a sus 86 años, como una pregunta inquietante, como una sombra que permea y tiñe la revisión que emprende de su infancia y juventud: ¿qué habría pasado si aquello jamás hubiera sucedido? Claro está, el hecho definitorio y definitivo es el exilio; y además, por supuesto, la Guerra Civil y la llegada del autoritarismo franquista. Álvarez sabe que "la historia nos ha vivido". Al comienzo de sus memorias, el autor considera que el fin de su vida se acerca y compara su situación actual -el paso del tiempo, la muerte cada vez más cercana- con la del hombre instalado frente al pelotón de fusilamiento.