Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La silla de Karpov puede ser un primer gran prólogo de El Gabinete de Curiosidades de Meister Floh. Director de dicha colección, Javier García- Galiano descubre en estas páginas muchos de sus gustos, obsesiones, apuntes y reflexiones. Sin negar su ascendencia literaria Alighieri, Cervantes, Coleridge, Roth, Borges, Elizondo, García Ponce, Deniz, entre otros, las incisivas influencias con las que se pergeña la propia obra, cuenta la historia secreta de la historia, de una acción, de un objeto, de un animal o de algunos hombres. En una de sus jüngerianas, por ejemplo, dice: Dios también vigila con los ojos de la mosca, y así como Dios pareciera estar en todas partes, así estas pequeñas piezas narrativas, reflexivas, envuelven al lector en el universo más placentero de todos los posibles, el del pensamiento.