Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Luis Enrique Castellanos (Ciudad de México, 1986), licenciado en derecho y en literatura por la UDLAP, ha publicado en las revistas Crítica y Tierra Adentro.
Luis Enrique Castellanos retrata minuciosamente a través de sus personajes cómo el fracaso de la voluntad del hombre resulta en un vacío inexpugnable. Éstos son seres derrotados cuya condición de angustia y conflicto se revela en una reflexiva inacción; como una versión actualizada y trágica del Bartleby, de Herman Melville: un hombre encerrado que no toca la guitarra, una mujer atrapada entre ruinas y sin posibilidad de rescate; un ladrón que en un paradójico acto de compasión decide quitarle la vida a un hombre y un borracho que no consigue jugar futbol. Siempre es 1966 en el norte nos cuestiona sobre la capacidad real del ser humano para conseguir y preservar lo que desea.