Sinopsis
La obra aborda el problema que enfrenta Emilio, un niño o cría de cuervo, al buscar su lugar en el mundo. La historia inicia en un parque que frecuenta "la señora del sombrero rojo", quien vive triste por no tener un hijo a quien cuidar y darle cariño. En unos matorrales, un pequeño huevo percibe esta necesidad y sigue a la señora a su casa, formando un hogar con ella, alejado de su especie pero rodeado de cariño. Inquieto por las diferencias que existen entre ambos, pregunta a su madre si todos los niños son iguales a él, a lo que le contesta: "tan iguales como dos gotas de lluvia". No conforme con la respuesta, decide averiguar directamente qué tanto se parece a los oros niños; esta búsqueda lo enfrentará con una sociedad cerrada, fragmentada, poco tolerante y repleta de prejuicios que le mostrará rechazo, burla y alienación. No obstante ello, tendrá oportunidad de conocer también el valor de la amistad, y aprenderá que las diferencias son las grandes oportunidades que tiene el ser humano para ser único e irrepetible. Al delinear las circunstancias que enfrenta Emilio, la trama toca aspectos como el bullying, las diferencias de temperamentos entre pares, el amor, la amistad, la comunicación, los miedos y la tolerancia. La autora es consciente de que los niños, en su tránsito a la adolescencia, necesitan tener definiciones de cada aspecto para saber cómo encausarlo o asimilarlo. Sin pretender ser aleccionadora, Los cuervos no se peinan es una obra interesante que, a través del lenguaje teatral, hace recapacitar al lector (y posible espectador) sobre asuntos que en la actualidad son motivo de reflexión y análisis.