El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Todo inicia con una imagen: el estío veracruzano y tres jóvenes mojando los pies en la corriente del río Pescados. Ellos ambicionan el amor de la mujer que está sentada entre ambos, pero ella se ha decidido ya por uno de los dos.