Manda fuego es una invocación a la divinidad y, en el relato que da título a este libro, también una broma cósmica, a la vez hilarante y terrible, como la vida. Igual que esa narración, la obra entera de Alberto Chimal que se ha centrado en la novela y sobre todo en el cuento ha tratado el encuentro de lo ordinario con lo extraordinario y del ser humano con los límites de su propia existencia. Esta antología de su obra breve pasa por lo fantástico, en la forma peculiar que el escritor le da y que él mismo llama literatura de imaginación, y llega hasta el realismo e, incluso, a la auto ficción.