Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Desde un poème-pancarte de Albert-Birot hasta una partitura musical hallada en el Infierno de El jardín de las delicias de El Bosco; desde una vasija neolítica ready-made de Ai Weiwei hasta un bio-poema de Eduardo Kac, ¿cómo definir hoy la poesía si su misma esencia es la de fugarse hacia nuevos espacios, nuevos paisajes semióticos, nuevas materialidades? La poesía busca problematizar el signo y sus fronteras, se desplaza hacia lo visual, lo sonoro, lo asignificante; huye de la página hacia otros dispositivos: filmes, videos, medios digitales, las paredes de la ciudad, la misma piel humana tatuada. En este libro, María Andrea Giovine analiza con agudeza y erudición una serie de poéticas que escriben diferente, buscan formas alternativas de decibilidad y legibilidad y proponen nuevas maneras de entender lo que hasta hoy conocemos por "poeticidad".