Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Pedazos de mí mismo es una introspección desgarradora. Un ejercicio lúdico e irónico que pone a prueba la pericia del lector. Las confesiones se vuelven dagas de doble filo. Cada esquirla encierra más de una trampa, más de un abismo. Ricardo Sevilla, maestro del sarcasmo, de la pifia y del escarnio, aprovecha la brevedad del aforismo para explotar al máximo la sugerencia, la evocación y, sobre todo, los malentendidos de la implicación. Disjecta membra de un autor que sabe desprenderse de su intimidad para zaherir(se) con ella. El lector es una pieza irregular que tendrá que amoldarse a este rompecabezas. Estás páginas, como todas las que valen la pena, fueron escritas con bilis. Un libro incómodo que terminará por fastidiar a más de uno.
Hiram Barrios