Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Benjamín sale de su aldea rusa rumb a Praga para cumplir una misisón comandada por Troski. Todo va en orden hasta que una distracción inaugura una comedia de las equivocaciones indudablemente kafkiana que, después de recorrer la ciudad del Moldava, desemboca en Latinoamérica. En esta obra Scliar ironiza sobre ciertos lugares comunes del discurso revolucionario, la identidad judía, el amor, los ires y venires de la política y sobre nuestra ingenuidad y/o astucia ante el poder