Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Por ahora es un libro de aforismos, frases, notas, apuntes, versos en busca de conversos, quie representa un viraje y una reafirmación en la obra de este escritor cuya poesía apela siempre a una comunión, más que comunicación, con el lector.Y en esa senda ha ganado cada vez mayor claridad, desde sus primeros poemas publicados en la década de los setenta, reunidos en Algarabía inorgánica, hasta los más recientes aparecidos en los libros como El quieto y Los árboes que poblarán el Artico o los publicados en revistas y suplementos
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