Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
En esta historia, un niño nos cuenta que no está conforme con la cabeza que tiene. Él piensa que tiene una cabeza equivocada. Los padres, luego de escucharlo, lo llevan con un especialista, quien le da la razón. Así, un misterioso hombre vestido de negro le suministra diferentes cabezas a cambio de la suya: una cabeza de reno, de cocodrilo, de batidora. Hasta por fin encontrar la correcta para él, la cabeza de un hombre adulto, la de un matemático. Ésta es una historia de búsqueda de identidad y de crecimiento, desarrollada con fantasía y humor con la sabiduría de alguien que ha buscado y quizás, ya encontró.