Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Melancolía de los pupitres, compuesta por seis cuentos, se aventura a proponernos qué puede ocurrir cuando la frustración se convierte en protagonista de la vida. Más cercana a la realidad que a la ficción, evoca la nostalgia y la posterior ruptura que se originan al contrastar nuestro presente con aquel pasado adolescente y estudiantil en el que los sueños y los anhelos se vislumbraban alcanzables.
Envueltos por una abrumadora cotidianidad, atenuada en gran parte por el estilo irónico de Jaime He, los personajes variables tanto en género, como en desarrollo han optado por recorrer el camino de la apatía y apenas consideran la posibilidad de encontrar la felicidad. En este abandono, cederán el control a las carencias, las obsesiones y los complejos, mismos que los recluirán en su ya conocido y evasivo ciclo de deterioro, o los orillarán a cometer actos desesperados que, al menos por un instante, les permitirán soportar aquel presente que sienten tan equivocado.