Narcotraficantes políticos,
delincuentes, empresarios y policías rinden el culto a la Santa Muerte, la
imagen de la muerte violenta, para que los proteja de sus enemigos y les
otorgue poder, impunidad y dinero. Durante una fiesta fantástica de 24 horas seguidas,
donde todo está permitido, hay quienes están dispuesto incluso a ofrecer
victimas para que sus deseos se cumplan .Los relatos que incluyen en este
volumen – que también incluye inventando el pasado, Una condición excepcional y
El país de los diablos – harán que el lector transite por mundos densos,
bizarros e inquietantes por el extremo parecido con el mundo que llamamos real.