Llegamos al mundo. Ante nosotros se ofrecen los sabores, los sonidos, las imágenes. Un día, pensamos: "Yo soy muy diferente de mi cuerpo". Poco a poco nos percatamos de estas diferencias. Inesperadamente, cuando creemos que la distancia que nos separa de nuestro cuerpo es infranqueable, aparece un puente que nos reúne nuevamente con él.