Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Salvador Elizondo ha creado un universo de escritura propio donde el lenguaje se subvierte a sí mismo. En Farabeuf, novela central de su producción, formula la pregunta de la identidad como en un juego de adivinación: símbolos y reflejos se cruzan con la memoria, el recuerdo y el olvido, en una cruel y etérea danza de invocación escrita.