Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
En un muro de Pompeya encuentran un poema sepultado durante dos mil años. Termina con tres lacónicas palabras: como la lluvia . La pared que resistio la erupcion del Vesuvio se derrumba. En cambio los versos permanecen, profunda fragilidad y suprema resistencia de la poesía.
Así, Como la lluvia, quiso titular José Emilio Pacheco este volumen que reúne cinco libros muy diferentes entre sí y al mismo tiempo complementarios. Por vez primera en su trabajo Los personajes del drama presenta poemas narrativos y fusión de géneros. Los breves textos de Como si nada se concentran para buscar la precisión y la velocidad del epigrama griego y el haikú. El mar no tiene dioses contiene textos organizados en secuencias y ciclos también de índole muy diversa. Celebraciones y homenajes reinventa algunas formas del Siglo de Oro y el modernismo para hablar de pintores y escritores. Por último, en Los días que no se nombran, junto a las nuevas meditaciones sobre la enfermedad, la vejez y la muerte, se dan poemas largos y breves acerca de nuestro mundo y nuestro tiempo en llamas.
El pleno dominio de la versificación permite recorrer un abanico de temas y recursos en que conviven la suprema ficcion de la segura fluidez y i.a aparente naturalidad con la más decantada inusica de la palabra y la factura mas precisa.
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