Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Fue nuestro Baudelaire, nuestro Apollinaire... Elevó la canción a la categoría de arte, dijo en su entierro François Miterrand, y la comparación con los malditos le siente bien a Serge Gainsbourg. Autor de algunas de las más bellas canciones del siglo XX, también escribió una novela única, disparatada, cínica y filosófica, un homenaje a la pintura y la escatología en el París de los años sesenta. En palabras de John Zorn: Nunca ha leído nada igual. Evguénie Sokolov le dará escalofríos. Le dará risa. Es probable que también le dé asco. La visión de Gainsbourg es única: auténtica y convulsiva. Pero no olvide taparse la nariz.