Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Cuando James Laughlin conoció la obra de Henry Miller --por conducto de Ezra Pound en el año de 1934-- quedó profundamente impresionado. A partir de ese momento Laughlin inició un intercambio de cartas con el polémico autor estadounidense que pronto se convertiría en una larga y prolífica relación entre editor y autor. Este libro es el resultado de la intensa correspondencia entre el autor de Trópico de cáncer y su editor en Estados Unidos. Cada una de las cartas contenidas en este volumen, que van desde 1935 a 1980, es un registro de las ideas e intenciones que contribuyeron a engendrar una literatura transgresora que no ha dejado de tener incidencia en el mundo de las letras anglosajonas.